Instituto del Tercer Mundo  
   EDICION | TEMAS
   No. 77 - Marzo 1998
  Tema de tapa
  Informe
  Indígenas
  Globalización
  Ciberzoo
  América Latina
 
   Ediciones
   Anteriores
   Ultima edición
 
   Otras publicaciones




Tema de tapa


No. 77 - Marzo 1998

Crisis financiera asiática

Un fondo de emergencia para Asia

por Chandra Hardy

No existe base para afirmar que la crisis financiera de Asia se debió a una conducción económica insensata. Las monedas de los países afectados fueron devaluadas por la fuerza y sus sistemas financieros llevados a la ruina debido a las actividades especulativas. La crisis, sin embargo, puso en evidencia una gran debilidad: la falta de una institución de crédito de emergencia para la región.

La crisis financiera de Asia no fue causada por desequilibrios macroeconómicos. La conducción económica de Malasia, Indonesia, Filipinas y Corea era sensata. Estas economías tenían altos índices de ahorro doméstico, inversión extranjera y crecimiento de la producción, además de fuertes exportaciones, baja inflación y políticas más igualitarias que cualquier otra región.

Numerosos observadores han sostenido que la cantidad y el ritmo de salida de capitales de las economías de rápido crecimiento de Asia oriental no tuvieron nada que ver con los fundamentos económicos. El director de la oficina del Banco Mundial en Indonesia llegó a afirmar, al observar la devaluación de la moneda causada por la rápida salida de capitales, que "eso no tiene nada que ver con la economía", y el presidente del Banco, James Wolfensohn, caracterizó la crisis como un "hipo".

Todo empezó en Tailandia

El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, dijo en mayo que el gobierno de Tailandia estaba tomando valerosas medidas para solucionar los problemas del sector financiero y hacer exactamente lo necesario para impedir una crisis del tipo de México. Por tanto, él no veía "ninguna razón en especial" para que la crisis se agravara.

Sin embargo, la "gran burbuja" de los bienes raíces, creada por el influjo masivo de capitales extranjeros, estalló en Tailandia. La entrada de capital privado al país asiático entre 1988 y 1995 representó 52 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). El gobierno adoptó todas las medidas recomendadas para controlar el impacto de ese gran influjo en la economía, pero la entrada de capitales continuó creciendo en todo 1996. Ningún país puede absorber productivamente tanto capital en un período tan corto.

Tailandia es un país de medianos ingresos, con una población de 60 millones y un PIB por habitante cercano a 3.000 dólares en 1995. Desde 1980, experimentó un crecimiento de la producción de ocho por ciento anual, baja inflación (menos de cinco por ciento) y un gran aumento de las exportaciones, que pasaron de 14 por ciento anual en los años 80 a 22 por ciento en los 90. Esta actuación económica le valió a Tailandia la más alta categoría de bonos de todos los mercados emergentes en los últimos 15 años.

Estas no son cifras que sugieran una crisis ni una debilidad general del sistema financiero tailandés. A comienzos de 1997, ninguno de los indicadores macroeconómicos de Tailandia era peor que a principios de 1996. La deuda a corto plazo era inferior que un año antes y el déficit comercial se estaba reduciendo. Pero a comienzos de julio se produjo una gran demanda del baht, la moneda nacional. Como resultado de la liberalización financiera, hubo también un aumento rápido y descontrolado de la deuda a corto plazo en el sector privado. Los "inversores" no residentes tomaron préstamos en bahts y compraron dólares a sabiendas de que podrían reembolsar los créditos domésticos con menos divisas luego de una devaluación.

A mediados de 1997, el problema en las instituciones financieras secundarias de Tailandia se estaba tratando y la crisis pudo haberse contenido. Otros países tienen problemas rutinariamente en el mercado de los bienes raíces u otros sectores sin poner en peligro toda la economía. La crisis financiera de Asia debió haberse detenido con la corrección en Tailandia.

Rápida propagación

¿Por qué razón, entonces, la salida de capitales se extendió a Malasia -que no tenía una gran deuda a corto plazo ni bancos débiles- y a Indonesia, Filipinas, Singapur, Hong Kong, Corea del Sur y Japón, en ese orden?

En noviembre, el director gerente del FMI declaró en Singapur que, aunque el origen de la crisis de Tailandia era claro, "lo que parece menos evidente y por tanto más preocupante" es cómo la crisis se propagó hacia Indonesia, Malasia y Filipinas.

Las fuerzas desatadas del mercado devaluaron a la fuerza las monedas de economías fuertes y arruinaron sus bancos e instituciones financieras. Según el nuevo dogma, el mercado siempre tiene razón. Muchos funcionarios del gobierno de Estados Unidos dijeron que el mercado estaba castigando a Asia por sus laxas políticas económicas, pero no ofrecieron pruebas para sustentar sus argumentos.

Mientras, los especuladores monetarios acechaban en Asia oriental. Hong Kong, Singapur y Taiwán estaban debilitados, pero podían sobrevivir al ataque. Los países cuyas monedas y cuyo bienestar estaban siendo atacados necesitaban grandes cantidades de dinero. Buscaron ayuda en los bancos centrales de países vecinos, pero éstos habían asistido a Tailandia y estaban preocupados por el nivel de sus reservas en caso de que se produjera un abrupto crecimiento de la demanda de sus propias monedas.

Vacío evidente

La crisis financiera de Asia dejó en evidencia un vacío en la coordinación de las políticas económicas de la región, que deberá ser remediado lo antes posible. Se trata de la ausencia de una institución de crédito de emergencia para la región. La propuesta de creación de un Fondo Asiático, que ha estado planteada durante algunos años, merece ser considerada, y la demora en hacerlo podría resultar muy costosa.

El Banco de Acuerdos Internacionales (BIS) es una institución establecida en Suiza para promover la cooperación entre bancos centrales, pero no incluye ningún banco central de Asia ni de ningún país emergente. De sus 29 miembros, 24 son de Europa. Los miembros no europeos del BIS son Estados Unidos, Japón, Canadá, Australia y Sudáfrica.

Chandra Hardy es una antigua economista del Banco Mundial. Este artículo forma parte de su estudio sobre flujos de capital hacia países en desarrollo.


Malasia se rebela contra el Banco Mundial y el FMI

El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, propuso que los países de Asia utilicen sus propias monedas para comerciar entre ellos y los exhortó a buscar una solución al margen de las fórmulas del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El plan, que se encuentra aún en etapa de discusión, consiste en que los nueve miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) ahorren en divisas fuertes y las usen sólo para pagar importaciones procedentes de Europa o Estados Unidos.

El presidente de Filipinas, Fidel Ramos, dijo que Manila y Kuala Lumpur acordaron un sistema para usar sus propias monedas en el comercio bilateral y banqueros de Tailandia dieron su respaldo a la propuesta de sistema de pagos de la ASEAN, sugiriendo que se apelara para ese fin al poderoso dólar de Singapur como moneda común con fines comerciales.

Después de hablar con Mahathir, el primer ministro de Tailandia, Chuan Leekpai, apoyó la propuesta, pero sostuvo que deben estudiarse detalles como la creación de una institución a cargo de las compensaciones para manejar los pagos.




Revista del Sur - Red del Tercer Mundo - Third World Network 
Secretaría para América Latina:  Jackson 1136, Montevideo 11200, Uruguay
Tel: (+598 2) 419 6192 / Fax: (+ 598 2) 411 9222
redtm@item.org.uy - www.redtercermundo.org.uy