No. 78 - Abril 1998
Encuentro internacional en Cuba
Solidaridad entre mujeres
por
Irene León
El encuentro Internacional de Solidaridad entre Mujeres por la igualdad, el desarrollo y la paz, que se celebrará en abril en Cuba, se propone enfocar los efectos de la "polarización de las fuerzas económicas, políticas y militares más poderosas del universo" e incentivar la solidaridad como un requisito para encararlas.
Del 13 al 16 de abril se realizará en La Habana, Cuba, el Encuentro Internacional de Solidaridad entre Mujeres por la igualdad, el desarrollo y la paz, organizado por la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), el Frente Continental de Mujeres por una Vida Digna y la Federación de Mujeres Cubanas. Los objetivos centrales del evento son enfocar los efectos de la "polarización de las fuerzas económicas, políticas y militares más poderosas del universo" e incentivar la solidaridad como un requisito para encararlas.
Con esos propósitos, las convocantes están invitando a que se sumen a esta iniciativa: al movimiento de mujeres, a los movimientos sociales, "a todas quienes sufren violencia económica, étnica, racial o de cualquier tipo, a quienes consideren importante y necesaria la solidaridad de y con las mujeres" y a todos los sectores que se sientan concernidos por las desigualdades que afectan a las mujeres en el mundo.
Al ubicar la solidaridad al centro de la convocatoria, el evento pretende incentivar la "unidad de las fuerzas que representan a los millones de mujeres que, en todo el mundo, integran el mercado laboral, las que llevan sobre sus hombros la manutención de sus hijos, las que se enfrentan a la violencia, las que luchan por la reivindicación de sus derechos".
Las temáticas centrales de la solidaridad entre mujeres son: economía y desarrollo sostenible; participación política y acceso a las decisiones; salud y seguridad social; educación y cultura; comunicación y medios; violencia y discriminación; e independencia nacional, soberanía y paz.
Economía y desarrollo sostenible
Pensar el desarrollo sostenible, desde las mujeres, conduce a enfocar iniciativas y propuestas vinculadas a una gestión económica global, que ubique a las mujeres como sujeto y encamine hacia la búsqueda de una mayor justicia económica para todas y todos.
En la actualidad, como resultado de la aplicación universal del modelo neoliberal, las mujeres enfrentan un recrudecimiento del desempleo y una baja sustantiva de su poder adquisitivo. Sus ingresos ascienden como promedio al 75 por ciento del ingreso masculino. Por ello las mujeres, en su mayoría únicas responsables del sustento familiar, se ven obligadas a multiplicar sus actividades laborales y productivas.
Participación política y acceso a las decisiones
En la mayoría de países las mujeres están logrando que se reconozca su derecho ciudadano a la participación, sobre todo en las esferas locales, sin embargo es aún remota su participación directa en las esferas de toma de decisiones a escala nacional e internacional.
Esta desigualdad se refleja también en las organizaciones políticas y partidistas, pues si bien en los últimos años muchos partidos han desplegado medidas para incorporar más mujeres en sus filas, muy pocos han establecido políticas reales para que dicha participación se refleje en una igualdad de representación en las esferas de conducción y de decisión.
Salud y seguridad social
Uno de los más afectados por la aplicación de las políticas neoliberales es el sector de la salud. Los recortes presupuestarios y privatizaciones, realizados en este sector han conducido directamente a la exclusión de la mayoría de mujeres del acceso a los servicios más elementales y a la pauperización de la atención a la salud reproductiva.
La falta de universalidad de la seguridad social, agravada por las privatizaciones, coloca a las mujeres a merced de los inalcanzables precios del mercado y por ende aleja a la mayoría de mujeres pobres no sólo de los cuidados de salud general sino de la atención mínima que requiere toda persona.
Educación y cultura
Aunque la educación es reconocida hoy como un derecho universal, el acceso a ella depende de las posibilidades socioeconómicas de cada cual, por eso, muchas mujeres enfrentan aún el analfabetismo y la deserción escolar. En muchos casos, la precariedad económica de las familias conduce a una suerte de selección interna, en la que por lo general las necesidades educativas de las mujeres pasan a un segundo plano. Muchas mujeres ven limitado su acceso a la educación por las responsabilidades que se les atribuyen en la familia.
Para que la educación sea un proceso permanente que se realiza desde el inicio hasta el fin de la vida, queda mucho por recorrer en lo que a mujeres se refiere, pues la gran mayoría ve frustrados sus anhelos educativos o de capacitación por el exceso de responsabilidades familiares y socioeconómicas, pues, según el Informe de Desarrollo Humano 1996, tres cuartas partes del trabajo realizado por las mujeres se realiza en el área doméstica o comunitaria.
Comunicación y medios
En la actualidad, el derecho de las mujeres a la comunicación y a la información son tan importantes como el derecho a la educación, pues sin ello su participación ciudadana se ve limitada a las fronteras de lo doméstico y reducida su capacidad de influencia social y acceso a la toma de decisiones, con voz propia.
Asimismo, la posibilidad de expresarse en los medios y recibir información oportuna son elementos indispensables para su participación ciudadana y acceso a una vida autónoma.
Violencia y discriminación
La discriminación especifica que afecta a las mujeres es en sí misma la principal fuente de las diversas formas de violencia infringidas contra ellas. La violencia doméstica, la violación, el incesto, entre otros, tienen relación directa con el escaso reconocimiento social de los derechos humanos y ciudadanos de las mujeres, el mismo que redunda en la institucionalización de la impunidad contra estos crímenes.
El reciente reconocimiento de la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos (ONU/1993), ha abierto algunas puertas para que en diversos países se delineen políticas para erradicar la violencia hacia las mujeres. Queda pendiente, sin embargo, la creación de instancias apropiadas para denunciar y encarar los casos de violencia, como también el desarrollo de propuestas encaminadas a potenciar el desarrollo de una cultura de paz en todas las esferas del convivir humano, incluyendo el doméstico.
Independencia nacional, soberanía y paz
El proceso de globalización, la creación de instancias de liberalización económica, la transnacionalización de la producción, lideradas por el mercado, han conducido a la relativización de los principios de soberanía e independencia nacional.
En la actualidad, el principio de soberanía se conceptúa desde el mercado y las instituciones financieras; son ellos quienes, basándose en criterios de rentabilidad, establecen los roles de cada país y región. Cada vez más, bajo esos criterios, las aspiraciones de autodeterminación de los pueblos y naciones son calificadas como "problemas" del pasado. Las mujeres de los pueblos o países que mantienen estas "reivindicaciones" enfrentan diversas formas de represión internacional, que incluye violencia socioeconómica y vulneración de los derechos humanos.
Por eso, la defensa de la autodeterminación y la soberanía es una cuestión de mujeres, pero también lo es porque es una cuestión de dignidad humana. (ALAI)
Para mayor información:
* Encuentro Internacional de Solidaridad entre Mujeres
Departamento de Relaciones Internacionales, Federación de Mujeres Cubanas: Paseo N° 260 esq.13, Vedado, La Habana, Cuba
Tel: (537) 3 9931/32/34/35 y 30 1582
Fax: (537) 33 3019/66 2445/24 0866
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