No. 79 - Mayo 1998
Ante el ALCA
México en el TLCAN, una advertencia
Espejismo y realidad. El TLCAN tres años después. México, Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio, 1997, 203 páginas.
Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio
Godar, 20.
Col. Guadalupe Victoria
07790, México, D.F. |
La negociación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), lanzada en abril en la Cumbre hemisférica de Santiago de Chile, llevó a amplios sectores de la sociedad civil latinoamericana a fijar su atención en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). En la Cumbre de los Pueblos de América, celebrada en la capital chilena en forma paralela a la cita presidencial, los delegados mexicanos debieron responder a la preocupación de políticos y ambientalista del resto de la región.
Para muchos, los gobiernos latinoamericanos están repitiendo en el ALCA los errores cometidos por México. La experiencia mexicana se presenta entonces como un antecedente ineludible. Espejismo y realidad: el TLCAN tres años después, un libro de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio, ofrece un análisis crítico fundamental para cuantos observan con preocupación el proceso de integración continental liderado por Estados Unidos. En 200 páginas y seis capítulos aborda los temas angulares: Soberanía y política; Evaluación macroeconómica del TLCAN; Acceso a mercados: problemáticas e impactos sectoriales; Servicios en el TLCAN: el negocio sin sentido social; Problemática social, excluida de la agenda corporativa; Propuesta de agenda de renegociación del TLCAN; y Sobre la agenda social y ambiental.
El gobierno y la cúpula empresarial han presentado una visión optimista de la economía mexicana. Desde esta perspectiva, el TLCAN "es evaluado como un éxito, e incluso como un mitigador de los efectos de la crisis" iniciada a fines de 1994, se afirma en la presentación del libro, que confronta este balance gubernamental desde la sociedad civil, "poniendo al descubierto los efectos negativos del Tratado para los trabajadores, campesinos y sectores populares, para la planta productiva y el país en su conjunto". Y agrega que una somera evaluación desde su entrada en vigor "pone de manifiesto que no se produjeron las inversiones generadoras de los 'más y mejores' empleos productivos, ni se crearon las condiciones estables y permanentes para el acceso de los productos mexicanos a los mercados norteamericanos, como oficialmente se aseguró".
"Esto mismo se puede reproducir en todo el continente con el ALCA, aunque en realidad ya se está reproduciendo en los países centroamericanos con el modelo maquilador de la industria de la confección", alertó uno de sus autores, Alejandro Villamar, quien presentó a los parlamentarios reunidos en la Cumbre de los Pueblos las conclusiones del Foro sobre comercio y medio ambiente, uno de los 10 que incluyó la reunión de Santiago. "Los gobiernos están cayendo en la ilusión de creer que el aumento de inversión extranjera y de flujos comerciales aumentará el crecimiento económico sin considerar los costos políticos, sociales y ambientales internos, con lo cual ponen en riesgo la propia identidad de los países y la gobernabilidad", afirmó el representante de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio.
En este sentido, considera que la experiencia de México desde la entrada en vigor del TLCAN en enero de 1994 es clara y debe ser tenida en cuenta por los restantes países latinoamericanos. "Pueden aumentar las exportaciones pero su crecimiento se ha hecho a costa de la destrucción de las capacidades productivas nacionales, absorbiendo el país el alto costo de deuda ambiental y social", señaló. En cuatro años, México duplicó el valor de sus exportaciones, que treparon en 1997 a 123.000 millones de dólares, superando los 116.000 millones que suman las del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) más Chile. Sin embargo, el 80 por ciento del valor de esas exportaciones están controladas por menos de 300 empresas, en su mayoría transnacionales, apuntó Villamar, quien puntualizó que para poder exportar esos 123.000 millones de dólares el país requirió 121.000 millones de importaciones en el mismo año.
Pero además, "esos ritmos de crecimiento del valor de las exportaciones no fueron acompañados de un aumento del empleo proporcional, por la sencilla razón de que muchas exportaciones requieren uso intensivo de capital, no de mano de obra", indicó. Como ejemplo mencionó el caso de la industria maquiladora, implantada básicamente en el norte de México, pero que se está extendiendo al interior del país y a América Central, que exporta por valor de 47.000 millones de dólares. "De ese monto, sólo dos por ciento eran componentes nacionales, el restante 98 por ciento eran importaciones", afirmó el activista mexicano.
En la industria no maquiladora, el porcentaje de componentes nacionales cayó en los cuatro años de vigencia del TLCAN de 32 a 18 por ciento, lo que significó la destrucción de más de 20.000 empresas y la pérdida de más de 2.000 millones de empleos.
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